CASTEL GANDOLFO, domingo, 5 de septiembre de 2010 (ZENIT.org).- Publicamos las palabras que dirigió Benedicto XVI este domingo a mediodía al rezar la oración mariana del Ángelus junto a los peregrinos congregados en el patio de la residencia pontificia de Castel Gandolfo, después de su visita apostólica a Carpineto Romano.
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¡Queridos hermanos y hermanas!
¡Pido en primer lugar perdón por el retraso! He vuelto en este momento de Carpineto Romano, donde, hace 200 años, nació el Papa León XIII, Vincenzo Gioacchino Pecci. Agradezco al Señor haber podido, en este importante aniversario, celebrar la Eucaristía entre sus conciudadanos. Ahora deseo en cambio presentar brevemente mi Mensaje -publicado en los pasados días- dirigido a los jóvenes del mundo para la XXVI Jornada Mundial de la Juventud, que tendrá lugar en Madrid dentro de poco menos de un año.
El tema que he escogido para este Mensaje retoma una expresión de la Carta a los Colosensesdel apóstol Pablo: “Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe” (2,7). ¡Es decididamente una propuesta a contra corriente! ¿Quién, de hecho, propone hoy a los jóvenes estar “arraigados” y “edificados”? Más bien se exalta la incertidumbre, la movilidad, la volatilidad... aspectos todos ellos que reflejan una cultura indecisa en lo que se refiere a los valores de fondo, a los principios en base a los cuales orientar y regular la propia vida. En realidad, yo mismo, por mi experiencia y por los contactos que tengo con los jóvenes, sé bien que toda generación, más aún, toda persona individual está llamada a realizar de nuevo el recorrido de descubrimiento del sentido de la vida. Y es precisamente por esto que he querido volver a proponer un mensaje que, según el estilo bíblico, evoca las imágenes del árbol y de la casa. El joven, de hecho, es como un árbol en crecimiento: para desarrollarse bien necesita raíces profundas, que, en caso de tormentas de viento, lo tengan bien plantado en el suelo. Así también la imagen del edificio en construcción recuerda la exigencia de fundamentos válidos, para que la casa sea sólida y segura.
Y aquí está el corazón del Mensaje: en las expresiones “en Cristo” y “en la fe”. La plena madurez de la persona, su estabilidad interior, se basan en la relación con Dios, relación que pasa a través del encuentro con Jesucristo. Una relación de profunda confianza, de auténtica amistad con Jesús puede dar a un joven lo que necesita para afrontar bien la vida: serenidad y luz interior, capacidad para pensar de manera positiva, gran ánimo hacia los demás, disponibilidad para pagar personalmente por el bien, la justicia y la verdad. Un último aspecto, muy importante: para convertirse en creyente, el joven se nutre de la fe de la Iglesia: si ningún hombre es una isla, tanto menos lo es el cristiano, que descubre en la Iglesia la belleza de la fe compartida y testimoniada junto a los demás en la fraternidad y en el servicio de la caridad.
Este Mensaje mío a los jóvenes lleva la fecha del 6 de agosto, Fiesta de la Transfiguración del Señor. ¡Que la luz del Rostro de Cristo pueda resplandecer en el corazón de todo joven! Y que la Virgen María acompañe con su protección el camino de las comunidades y de los grupos juveniles hacia el gran Encuentro de Madrid 2011.
[Después del Ángelus, el Papa saludó a los peregrinos en varias lenguas. En francés, dijo:]
Queridos hermanos y queridas hermanas,
Acojo con alegría a los peregrinos francófonos venidos para la oración del Angelus. Éste es el tiempo de la vuelta al colegio, así como de la vuelta a la universidad. Queridos alumnos, estudiantes y profesores, os invito a invocar cada día al Espíritu Santo, el Maestro de la inteligencia y del verdadero saber. Él abrirá entonces vuestros corazones al conocimiento de Dios. Os arraigará también en su Hijo Jesucristo y os guardará firmes en la fe. Que la Virgen María, Trono de la Sabiduría, interceda por vosotros. ¡Feliz peregrinación y feliz domingo a todos!
[En inglés, dijo:]
Acabando de llegar de Carpineto Romano, el lugar de nacimiento de mi Predecesor, el Papa León XII, agradezco a todos los peregrinos de habla inglesa y a los visitantes presentes en esta oración del Angelus prayer. Que el magisterio social del Papa León continúe inspirando los esfuerzos de los fieles para construir una sociedad justa arraigada en las enseñanzas de Cristo. Sobre vosotros y vuestros seres queridos, invoco abundantes bendiciones del Dios Todopoderoso.
[En español, dijo:]
Al saludar con afecto a los peregrinos de lengua española presentes en esta oración mariana, quisiera invitar a todos a leer el Mensaje que he firmado en estos días con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará en Madrid, en el mes de agosto del próximo año. Pido a Dios que, animados por las palabras del Apóstol Pablo: "Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe" (cf. Col 2,7), muchos jóvenes puedan encontrarse en la capital de España, para acoger en sus corazones a Cristo, que los llama a confiar en Él y a amar cada vez más a la Iglesia. Suplico a la Santísima Virgen María, Madre y Reina de los jóvenes, que acompañe el camino de preparación a este gran evento. Feliz domingo.
[Traducción del original italiano por Patricia Navas
©Libreria Editrice Vaticana]