DISCERNERE

Uno sguardo profetico sugli eventi

“DIOS NO HA CREADO EL UNIVERSO”, MÁRKETING PARA EL LIBRO DE HAWKING

Una sana provocación, considera un decano de Filosofía


ROMA, jueves, 9 septiembre 2010 (ZENIT.org-El Observador).- Dios no ha creado el universo. Esta afirmación del libro del famoso físico Stephen Hawking, se ha convertido en un debate mundial de esta semana, dando una publicidad enorme a su libro "The Grand Design" (se espera que esté en las librerías a partir de hoy, 9 de septiembre).

Por tal motivo hemos entrevistado al padre Rafael Pascual L.C., decano de Filosofía del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum (Roma) y director de un máster en Ciencia y Fe sobre esta obra que está para ser conocida por el público.

-- ¿Cuáles son las primeras impresiones que le produce el anticipo que se ha filtrado a la prensa sobre la reciente obra de Hawking?

--P. Rafael Pascual: Sinceramente, me parecen un recurso publicitario antes del lanzamiento de un nuevo producto. Me parece que hay mucha retórica. Si siguiéramos el mismo tono, se podría responder como hizo un famoso político en otro contexto: ¿y quién es Stephen Hawking?

Pero creo que, más allá de la retórica, hay que aceptar la nueva provocación de Hawking e incluso agradecérsela, pues como dijo hace mucho Aristóteles, tenemos que ser agradecidos no sólo con los que dicen la verdad, sino también con los que yerran, pues nos estimulan a buscar con más esfuerzo la verdad. Obviamente habrá que esperar a la lectura del libro para saber lo que realmente dice y cuáles son sus argumentos.

-- ¿Es posible que la astronomía, la física y las demás ciencias empíricas lleguen un día a desvelar lo que hasta hoy ha sido considerado como el "secreto" de los inicios?

--P. Rafael Pascual: Creo que habría que comenzar diciendo que una cosa es hablar del inicio del universo, en sentido científico, y otra del origen del universo, que va más allá de lo que puede decir la ciencia. En el fondo es la famosa cuestión que el mismo Hawking recordaba en el libro que lo lanzó al gran público: ¿por qué existe algo y no más bien nada?, o dicho más poéticamente, ¿por qué el mundo se toma la fatiga de existir? No creo que la ciencia sea capaz de dar una respuesta a esta pregunta.

--Si la ciencia consigue explicar cómo empezó todo, ¿ya no tendría sentido hablar de Dios?

--P. Rafael Pascual: No creo, por lo mismo que acabo de decir. Quizá no es del todo cierto lo que suele decirse de que la ciencia explica el cómo, mientras que la filosofía y la religión dan el porqué. También la ciencia busca los porqués de los fenómenos, sólo que lo hace en su propio ámbito, que es el estrictamente físico.

Pero no es competente, por su propia índole, de lo que va más allá de dicho campo y de lo que sobrepasa el horizonte de lo experimental, lo cual no quiere decir que no exista nada más allá. Dios no entra propiamente en el horizonte de las ciencias, y por eso las ciencias simplemente no pueden pronunciarse al respecto.

--Entonces, ¿dónde queda Dios?

--P. Rafael Pascual: Dios queda donde siempre. En el fondo creo que Hawking cae en el mismo error que Newton, o mejor, lleva la posición de Newton a su consecuencia lógica. El problema es que inicia de un falso punto de partida. En efecto, ya lo decía Laplace, la ciencia no tiene necesidad de la hipótesis de Dios, en contra de la introducción de Dios por parte de Newton en la explicación de la mecánica del universo, pero eso no quiere decir que Dios no exista, sino que se encuentra en otro orden, en otro nivel más allá del científico, al que puede llegar sólo la filosofía y la teología.

-- Por lo tanto, ¿qué podemos pensar de quienes creen que la ciencia puede llegar a excluir un lugar para Dios en la comprensión del mundo?

--P. Rafael Pascual: Yo diría que debería pedirse que respeten el ámbito de la propia competencia. Es como si un teólogo que no fuera experto en la materia comenzara a pontificar sobre física cuántica, y dijera que el dualismo onda-partícula demuestra que Dios existe, o cosas por el estilo.

Por Jaime Septién