(PpE/InfoCatólica) Las líneas maestras de esta educación sexual obligatoria, según la Estrategia de Salud Sexual y Reproductiva (ESSR), son la prevención de embarazos no deseados mediante el uso del preservativo, la ideología de género (cada uno puede escoger su identidad sexual) y la separación de la sexualidad de sus consecuencias, promoviendo una conducta irresponsable e inmadura entre los jóvenes”.
El presidente de Profesionales por la Ética ha asegurado que es “un paso decisivo en la implantación de las medidas educativas” de dicha ley, la denominada “una educación sexual adecuada que se impartirá desde la educación infantil hasta los 16 años”. Una de las claves ideológicas de la ESSR”, afirma Jaime Urcelay, “es la separación tajante entre sexualidad y reproducción, algo que se viene predicando de hecho desde hace mucho tiempo. Se trata de separar el placer sexual de la responsabilidad procreativa. Como consecuencia, se trivializa la práctica sexual y se promueve la promiscuidad”.
Además de otros aspectos, el presidente de Profesionales por la Ética señala que la ESSR está promovida por el Ministerio de Sanidad, las Comunidades Autónomas y algunas organizaciones profesionales sanitarias (aunque no las más representativas) y avalada por una serie de entidades con intereses ideológicos y económicos a favor de la educación sexual gubernamental.
Entre esas entidades asesoras de la ESSR se encuentran el Centro de Estudios de Género y Masculinidades, la Federación de Planificación Familiar Estatal, la Confederación Colegas de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales de España, la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales y la Sociedad Española de Contracepción. “Como mínimo”, indica Urcelay, “cuestionamos el carácter supuestamente científico de la ESSR avalada por entidades progubernamentales financiadas con fondos públicos y dedicadas exclusivamente a la promoción de anticonceptivos”.
Por último, el presidente de Profesionales por la Ética advierte que estará pendiente del desarrollo normativo de la ESSR y en especial su implantación obligatoria en los centros escolares. Esta implantación dependerá en gran medida de las Comunidades Autónomas, a las que Profesionales por la Ética se va a dirigir con el objetivo de recordarles la legislación nacional e internacional que protege los derechos de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones en materias tan delicadas como la sexualidad y la afectividad.