DISCERNERE

Uno sguardo profetico sugli eventi

Scoperto un paradiso segreto nella Cattedrale di Avila

Los textos del presente artículo están entresacados de la memoria que sobre el descubrimiento ha redactado don Vicente Aparicio, su descubridor, canónigo y administrador de la Catedral, con aportaciones mías necesarias supervisadas por don Vicente, para adaptar esa memoria al formato de este blog. Las fotografías las tomó Luis Antonio Barajas en unas condiciones bastante precarias, y el resto de la documentación gráfica -dibujo axonométrico de la catedral, dibujo digital en 3D, planos y gráficos-, es en su totalidad obra mía.

En la semana del 22 al 27 de febrero de 2010 se descubrió este pasadizo, en una operación de investigación planeada y dirigida por el Canónigo M. I. Sr. D. Vicente Aparicio González, acompañado por D. Luis Antonio Barajas (Fotos Mimosa), el trabajador en la Catedral D. David San Segundo Nieva y el dibujante D. Isidoro González-Adalid Cabezas.

Esta galería subterránea se construye entre los muros del lado N. de la cabecera catredalicia, quedando embutida en ellos y su trazado se va adaptando a la planta que proyectó el maestro Fruchel -maestro con el que bajo su dirección y planos se inició la catedral a finales del siglo XII-, desde la capilla de san Nicolás hasta el absidiolo de san Antolín, girando en este punto casi en ángulo recto hacia el N, hacia el solar del antiguo Palacio Episcopal.
El corredor subterráneo está construido con sillares de piedra caleña teñida de rojo con mezcla de sillares en granito gris; sus piedras con labra románica y con marcas de cantería de esa época; las juntas de los bloques están encintadas de mortero de cal. La cubierta está adintelada con losas monolíticas de granito gris. Resulta una construcción bien acabada, elegante y de cuidada sillería.



La hipótesis más manejada es considerar esta galería semisubterránea como pasadizo secreto y vía de comunicación entre la Catedral y el antiguo Palacio Episcopal, y también, como vía de escape en caso de peligro.
El antiguo palacio episcopal ocupaba un solar que iba desde el arco "casa de las carnicerías" hasta la calle del Tostado y finalizaba en la puerta de san Vicente. Aquí residieron los obispos abulenses durante más de 6 siglos, desde el siglo XII hasta el siglo XVIII. De todas sus construcciones antiguas solo se conservan algunos elementos arquitectónicos descontextualizados: una ventana esquinera; la portada de entrada, en la que hábilmente alguien ha colocado una señal de tráfico del siglo XX o comienzos del XXI -estos comentarios frívolos son míos y no de don Vicente-, y el Episcopio. Este último edificio, al que la tradición le ha puesto un extraño nombre, podría ser la casa del propio Fruchel, según historiadores de prestigio.


A través de la portada se accedía al antiguo Palacio Episcopal. Tiene elementos de los siglos XIII -las columnas y el arco rebajado-, XV -el alfiz-, y del XVI, el remate superior. Del Palacio se conserva además la ventana esquinera reutilizada en el edificio moderno de Correos. Es un vano adintelado y está ornamentado con un escudo episcopal de trece estrellas y con las armas de Vizcaya. El Episcopio es un edificio románico del siglo XII, contemporáneo de la cabecera de la Catedral, y ya lo hemos mencionado como posible casa taller del maestro Fruchel.

Lo tortuoso del trazado se debe a la necesidad de adaptarse a los muros de la catedral, entre los que está construido, evitando así manifestarse al exterior.

Tramos
. Por su situación actual de conservación se presenta en tres tramos con una longitud aproximada de más de 13 metros.

Tramo primero: Desde la escalera de caracol hasta el muro de contención, debajo de la entrada de la Capilla de los Velada. 2, 85 m. de largo, 0,72 m. de ancho y 2,00 m. de alto; de fácil acceso.

Tramo segundo: desde el muro de contención E. al otro del O. (bajo la entrada de la Capilla de los Velada). Longitud aproximada de 2,415 m. se puede visitar sin dificultad.

Tercer tramo: desde el muro de contención O. (debajo de la entrada de la Capilla de los Velada) hasta el absidiolo de san Antolín. Acceso únicamente a través de una saetera sita en el lado izquierdo de la entrada a la capilla de los Velada; de 0,12 m. de ancho por 0,40 m. de alta. La investigación de este tramo ha supuesto mucha imaginación y medios técnicos de actualidad. Tiene una longitud aproximada de 8,00 m. Abierto a posibles descubrimientos y a distintas hipótesis.


El pasadizo es de sillería, con paredes construidas en elegante y cuidada sillería de piedra caleña teñida de rojo, procedente sin duda de las canteras de La Colilla


Vista del interior del primer tramo, con el muro que ciega el pasadizo a la altura del acceso a la Capilla de los Velada

Vista del interior del tercer tramo, hacia la Capilla de San Antolín, realizada desde la saetera. El muro del fondo es el ábside de la citada capilla.


Al pasadizo se accede desde el caracol de subida al cimorro, el elemento defensivo propio de la catedral incrustado en la muralla de la ciudad -como se puede apreciar en el dibujo general de la catedral al inicio de este artículo-, que en su parte inferior, tras salvar un "peldaño" de cinco alturas normales, desciende directamente a la cota del pasadizo. Esta cota, más los 2 m de altura del pasadizo, elevan su parte superior por encima del pavimento de la catedral, con lo que, al abrir en el siglo XVII un acceso a la capilla de los Velada -o del Sagrado Gorazón-, hubo que cegar el pasadizo en toda la anchura del acceso. Sobrepasado este segundo tramo ciego, reaparece el tercer tramo, al que aquella diferencia de alturas permite asomarse desde la saetera. Este tramo remata contra el muro de cierre del ábside de la capilla de San Antolín, quebrando hacia el norte en busca de su continuidad. Sobrepasado este quiebro nada sabemos del pasadizo, aunque existe la evidencia de esa continuidad.

CONCLUSIÓN: se ha descubierto una galería subterránea de más de trece metros de largo entre el absidiolo de San Nicolás y el de San Antolín. Por sus características arquitectónicas, por la piedra utilizada (piedra caleña teñida de rojo), por su fino acabado, por la labra románica y por las marcas de cantería se llega a las conclusiones siguientes:
primera: este pasadizo es contemporáneo de la girola, del siglo XII;

segunda: su dirección apunta hacia el solar ocupado desde el siglo XII hasta el siglo XVIII por el antiguo Palacio Episcopal; en consecuencia, defiendo la hipótesis de que este pasadizo conectaba con algún lugar del antiguo Palacio Episcopal.

tercera: el punto del inicio del pasadizo queda constado con lo aquí expuesto, la escalera del cimorro, pero el punto de conexión con el antigiuo palacio episcopal queda abierto a distintas hipótesis: el edificio de correos, la biblioteca pública o el episcopio. Campo abierto a la investigación.

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