(Agencias/InfoCatólica) Según la última encuesta de la firma Datafolha, divulgada ayer, la oficialista Rousseff tiene el 54% de intención de voto, y el opositor Serra, el 46%. Los datos son similares a los de una encuesta de la misma firma dados a conocer una semana atrás.
La campaña hacia la segunda vuelta ha dado especial importancia al aborto y la religión, y tanto Rousseff como Serra defendieron con vehemencia su oposición a la interrupción del embarazo y reafirmaron su fe, en un intento de capitalizar el voto católico. En Brasil, el aborto está prohibido excepto en caso de violación o que peligre la vida de la madre.
Críticas al “submundo religioso”
Lula acusó a Serra, candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), de realizar una campaña llena de “prejuicios” y que crea “terrorismo”, contra la aspirante oficialista Dilma Rousseff. “Es una vergüenza la campaña de nuestro adversario atacando a Dilma. Es una vergüenza el prejuicio contra la mujer que irradian los ataques en Internet. Es una vergüenza porque hacen una campaña mintiendo y difamando”, afirmó Lula, con la candidata del Partido de los Trabajadores (PT) a su lado.
Con un encendido discurso, Lula, que ha decidido tomar las riendas de la campaña oficialista en la última fase de cara a la segunda vuelta de las elecciones, criticó que “desde el submundo religioso” se atenta contra Dilma, en referencia a los rumores que circularon sobre que Dilma iba a legalizar el aborto. En los días previos a la primera vuelta, realizada el 3 de octubre, varios medios se hicieron eco de unas declaraciones de Rousseff en 2007 en las que daba a entender que era proclive a una flexibilización de la ley del aborto, un factor que según analistas políticos pudo haberle restado votos entre los evangélicos, cuyo peso electoral puede inclinar la balanza.
Anteayer, Rousseff había reiterado su oposición al aborto y se comprometió, además, a no flexibilizar la legislación actual en caso de ganar, el próximo 31 de octubre. “Estoy personalmente en contra del aborto y defiendo el mantenimiento de la legislación actual sobre el tema”, declaró en una carta de seis puntos a la ciudadanía, que aborda otros asuntos sociales, difundida por los medios de comunicación del país.
Según el mandatario, la campaña opositora se apoya en un discurso de sectores ultraconservadores católicos y evangélicos que “crean terrorismo en la buena fe de las personas”, y recordó que durante toda su vida sufrió los prejuicios de San Pablo, capital del estado gobernado por la oposición, clave por ser el primer distrito electoral del país.
Acusaciones cruzadas
Mientras tanto, una publicación del diario brasileño Folha de São Paulo, reveló que la psicóloga y ex bailarina chilena Mónica Allende, esposa de José Serra, admitió en 1992 a sus entonces alumnas de ballet en la Universidad de Campinas haberse practicado un aborto en la época en que la pareja era perseguida por las dictaduras de Chile y Brasil.
La afirmación de dos ex alumnas de Allende, citadas por el matutino, causó revuelo, porque la esposa de Serra, en un mitin electoral en septiembre pasado, en Río de Janeiro, había dicho que Rousseff era una “devoradora de niñitos”, por su supuesta pretensión de legalizar el aborto en caso de ser elegida. La bailarina brasileña Sheila Ribeiro, de 37 años y esposa del antropólogo italiano Mássimo Canevacci, y otra ex alumna de Allende que prefirió no identificarse, confirmaron al diario el rumor que ya circulaba en algunos foros de Internet.
“Quiero dejar mi indignación por la posición débil de José Serra, que no respeta ni a su mujer. Mónica Allende ya se hizo un aborto. Con el respeto que debo a mi profesora, quiero revelar que nuestras clases trataron el aborto traumático. Ella contó que se hizo un aborto, pero no quiero decir que fue una confesión”, dijo Ribeiro..