Reunidos en una convivencia promovida por el Camino Neocatecumenal en la Domus Galilae, sobre el Monte de las Bienaventuranzas, los participantes han escrito y enviado una carta de afecto a Benedicto XVI en la que muestran su adhesión a Pedro y le hacen partícipe de la experiencia vivida en Galilea.
«Hemos seguido durante estos días los acontecimientos que son de particular sufrimiento para Vuestra Santidad y para toda la Iglesia», señala la misiva. «Estamos seguros de que el Señor llevará a toda la Iglesia a una renovación espiritual y a un nuevo impulso misionero para ser testimonio de vida nueva para el mundo», manifiestan los más de 100 obispos junto con los cardenales y los iniciadores del Camino, que han firmado el escrito. La carta también contiene palabras de felicitación para el Papa: «En la proximidad del cumpleaños y del quinto aniversario de su elección como Pontífice, queremos presentarle nuestra felicitación más ferviente, asegurándole la oración para que el Señor le conserve en su servicio de inestimable valor a la unidad de la Iglesia en nuestra fe, la verdad y la caridad». La convivencia estuvo conducida por los iniciadores del Camino Neocatecumenal, Kiko Argüello, Carmen Hernández y el sacerdote Mario Pezzi. En ella se han revisado los desafíos de la evangelización en todo el mundo y la necesidad de ayudar a los fieles a tener un renovado encuentro con Cristo resucitado.
Por otra parte, Benedicto XVI aseguró a los periodistas en el vuelo hacia Malta, que la Iglesia «ha sido herida por nuestros pecados», pero que Cristo ama a esa Iglesia y la considera necesaria para propagar el Evangelio.
A su llegada a la isla, el Papa fue recibido por el presidente, George Abela, y por las autoridades políticas y religiosas, a quienes alabó por mantener ilegales tanto el divorcio como el aborto, al tiempo que les pedía que continúen defendiendo la indisolubilidad del matrimonio y la vida humana.