(Agencias/InfoCatólica) Según la denuncia, que publica hoy The Guardian en su página web, los policías de planificación familiar informaron a la pareja de que no tenían permiso para tener un segundo hijo.
Desde hace 30 años, el Gobierno chino ha impuesto un límite a la mayoría de parejas urbanas para que no puedan tener más de un hijo. El objetivo es frenar el crecimiento desmesurado de la población, que cuenta ya con más de 1.300 millones de habitantes. En los últimos meses, sin embargo, esta política se ha flexibilizado.
Un oficial del distrito Siming miembro de la comisión de planificación familiar ha confirmado a The Guardian que existe un registro de la mujer de Luo, Xiao Aiying. No obstante, señala que el aborto fue voluntario y que estaba embarazada de seis meses en lugar de ocho.
Además, asegura que Luo aprobó el aborto de su esposa, algo que el interesado ha desmentido. “Jamás he firmado papel alguno. Nadie de mi familia lo ha hecho”.
Luo tiene un blog en el que ha informado de todo lo sucedido.